Ya es época de Feria del Libro y yo sé lo que estás pensando:
«Qué suplicio, ¿por qué nadie habla del suplicio que es esto?»
Y tienes toda la razón. Por eso he venido en tu ayuda, a enumerar de una vez por todas cada una de las cosas horribles que tiene la feria. Y ojo, todo con datos contrastados e información documentada, muy bien explicadito. Allá vamos.
Cosa que odio Nº 1: El descuento en el precio de los libros
A ver, yo tengo muchos libros ya. Y muchos de ellos, sin leer. Más de los que me gustaría admitir, porque sinceramente, debería darme vergüenza. Y va la Feria (la Feria, ese ente único inteligente y animado) y dice que ahora cuestan menos. ¿Tú crees que yo puedo permitirme este nivel de derroche? No puedo.
Pero me los compro igualmente. Por culpa de la Feria. Qué asco, de verdad.
Cosa que odio Nº 2: Personas por todas partes
A mí me habían contado una historia muy distinta. Me habían dicho que la gente ya no lee, que la industria del libro se estaba yendo a la mierda y que ahora lo que se lleva es Netflix. Y yo me sentía super especial, me sentía una mujer ilustrada, intelectual, leída, una superviviente en una distopía cultural. Pero no. La gente lee. ¿Tú sabías eso? La gente lee y MUCHO. Y están ahí, todos, en la Feria, comprando libros, COMPRANDO LIBROS PARA LEÉRSELOS.
Vamos, que no soy especial. Qué shock.
Cosa que odio Nº 3: Encontrarme a autores amigos
Bastante tengo ya con esa cantidad ingente de asistentes que me arrebatan mi elitismo literario como para encima encontrarme a personas que conozco -del trabajo, principalmente- allí, FIRMANDO. Como autores. Que tú pensarás, «pero Lara, eso está bien», pero no, no está bien. Porque esto me recuerda que los escritores son gente de carne y hueso con la que yo puedo ir a tomarme unas cañas, en vez de seres inalcanzables de una dimensión superior y ajena, como yo siempre había creído.
¿Y qué significa eso? Pues significa que aparte de reventar mi discurso de nadie-lee-la-industria-del-libro-se-va-a-la-mierda, la Feria también me revienta el discurso de nunca-publicaré-nada-el-mundo-editorial-está-vendido. Y es muy incómodo que te quiten ese discurso y te enfrenten a la dura realidad de que tú también podrías ser un autor publicado y que eso solo depende de ti y no hay nadie más a quien puedas echar la culpa.
Mira, que me dejan sin discursos de rencor, qué horror todo. Menos mal que puedo venir a quejarme de la Feria, que si no.
Cosa que odio Nº 4: Libros por todas partes, libros que no sabía que existían, libros con una pinta fascinante y tentadora
Leer de nuevo la cosa que odio Nº 1.
Cosa que odio Nº 5: Caminar
Es que encima la Feria es grande, no sé si lo sabías. No son tres casetas a la entrada del retiro, son centenares de casetas, casetas por todos lados, muchísimo camino por recorrer. Y yo, pudiendo quedarme en casa mirándome crecer las varices voy, y camino durante horas. Y para colmo, me da el sol. Vitamina D. ¿Quién en su sano juicio querría eso?
No sufría tanto desde que salió el Pokemon Go.
Cosa que odio Nº 6: Nuevos autores y nuevas formas de escribir
A nadie le gustan los cambios. A mí ponedme lo de siempre, porque esto de que estén todo el día apareciendo nuevas caras en literatura es una cosa que me saca de quicio, me incomoda, me deja fuera de mi zona de confort. Era mejor lo de antes. «Pero Lara, ¿qué es lo de antes?», pues no sé, lo de antes. Autores de toda la vida. La gente de hoy en día no sabe escribir, hacen cosas muy raras: múltiples narradores, poesía que no rima, personajes inclusivos, libros ilustrados que no son para niños. Pero, ¿esto que es? ¿Progreso? Qué miedo, por favor.
Donde esté un buen narrador omnisciente del siglo XIX, que se quite todo lo demás. Y no me vengas con que esos autores están todos muertos y no podrían venir a firmar porque eso son minucias.
Y hasta aquí mi lista de cosas que odio de la Feria del Libro. He puesto solo las más importantes, pero en realidad tengo una lista larguísima, páginas y páginas de aspectos odiosos. Lo que pasa es que no me da tiempo a ponerlo todo porque se me hace tarde. Te dejo, que he quedado en la Feria.
ESCRITORA DE BOLSILLO 